HIPERPRODUCTIVIDAD, ESTRÉS Y SALUD MENTAL: Del mucho hacer, al no poder hacer

 








“El sujeto sano es aquel que tiene la capacidad de amar y de trabajar”.


Sigmund Freud



Levántate a las 5 am, antes si es posible; medita dos veces al día, haz ejercicio al menos 40 minutos diarios, practica yoga, respiración profunda, lleva una agenda, haz lista de tareas, haz la lista de pendientes, un diario de gratitud, y escribe al menos una o dos páginas por día. . Prepare la comida de toda la semana… muy saludable siempre…así ahorraras tiempo valioso para otras cosas. Vuélvete imparable, vuélvete irreconocible, lee al menos 40 minutos al día, escucha un podcast de camino al trabajo, y otro durante el almuerzo…Ten una mente millonaria. Tú puedes, todo lo puedes, …sonríe siempre. …claro está, sin descuidar lo cotidiano y que parece que lo haces muy relajado.

En este escrito, se pretende indicar la evaluación de los elementos actuales a nivel laboral con las patologías psíquicas que marcan tendencias de los sujetos con relación al trabajo. Los escenarios laborales actuales fluctúan en discursos sobre la novedad, los desafíos y la flexibilidad, evidenciado en la exigencia de perfiles ocupacionales que se adaptan rápidamente a los cambios y tendrán la capacidad de cumplir su rol, a través del multitasking, en el que básicamente se es contratado para tener la experticia de realizar varios roles por sueldos precarios, ofertas camufladas de eufemismos como salario emocional y hacer ver como retos profesionales estar transitando por diferentes empresas en un mismo año, puesto que pululan discursos principalmente para los jóvenes, en que estas formas de trabajo conllevan mayor dinamismo, retos profesionales, libertad y bienestar, en contraste a otra época en la que la conservación y arraigo a una empresa constituían identidad para los sujetos y una posibilidad de permanecer por un tiempo prologado en la misma organización.

Byung Chul Han, en su libro la sociedad del cansancio, hace un paralelo en las formas de trabajo del siglo XIX a las actuales, resaltando que anteriormente imperaban los mandatos de prohibición y represión, una sociedad disciplinada, con visibilidad de los dispositivos de control, quienes dictaban una relación con el trabajo basado en la obediencia, mientras actualmente exponen que vivimos en una sociedad del rendimiento, un exceso de positividad, que no da lugar para la negatividad, para poner en cuestión las narrativas de los modelos de éxito, puesto que la coerción y la obediencia se han internalizado en los sujetos, al término de un superyo vigilante, que lleva el límite su cuerpo para estar incluidos en lo laboral, sujetos del rendimiento en los que el principal jefe se ha configurado desde el interior, angustiados por no cumplir con las expectativas de crecimiento profesional, lo cual ha conllevado a la proliferación de patologías masificadas como la depresión, el síndrome del desgaste ocupacional y el TDAH, las cuales son el resultado de sujetos agotados pero que evitan ser vistos como los perdedores o frustrados. , para quienes los coaching y los psicólogos de recursos humanos han sabido aprovechar la utilización de lenguaje motivacional para exaltar las máximas: se puede rendir más, producir más, administrar mejor el tiempo y cuantificar más en detrimento del bienestar que ellos mismos proclaman en sus discursos. de cómo ser exitoso y un empresario de sí mismo.

Freud plantea lo siguiente sobre el trabajo en una nota al pie del capítulo II de“El Malestar en la Cultura”, “Ninguna otra técnica de conducción de la vida liga al individuo tan firmemente a la realidad como la insistencia en el trabajo, que al menos lo inserta en forma segura en un fragmento de la realidad, a saber, la comunidad humana".

La posibilidad de desplazar sobre el trabajo profesional y sobre los vínculos humanos que con él se enlazan una medida considerable de componentes libidinosos, narcisistas, agresivos y hasta eróticos le confiere un valor que no le va en zaga a su carácter indispensable para afianzar y justificar la vida en sociedad. La actividad profesional brinda una satisfacción particular cuando ha sido elegida libremente, o sea, cuando permite volver utilizables mediante sublimación inclinaciones existentes, movimientos pulsionales proseguidas o reforzadas constitucionalmente. No obstante, el trabajo es poco apreciado, como vía hacia la felicidad, por los seres humanos. Uno no se esfuerza hacia él como hacia otras posibilidades de satisfacción. La gran mayoría de los seres humanos sólo trabajan forzados a ello y de esta natural aversión de los hombres al trabajo derivan los más difíciles problemas sociales.” (Freud, 1988: 80). Siguiendo a Freud trabajar no es natural, es una forma de sublimar bajas pasiones y vincularse a la sociedad, para no enfermar, lo cual da sentido al esfuerzo de los humanos por hacer parte de escenarios laborales y como también lo plantea Desjours, no es solamente en pro de la retribución económica, puesto que genera expectativas frente a la labor a realizar, los vínculos y el reconocimiento social, el pertenecer a una comunidad de trabajo en el que se tienen garantías, produce satisfacción en los sujetos, por lo que se vivencia como un desvalimiento y una exclusión no hacer parte de estos escenarios y quienes lo han perdido o no acceden a él, podrían sentir culpa o cuestionarse que les falta para acceder a ello.

Estas divagaciones sobre tener o no tener trabajo, las vive el sujeto contemporáneo acompañado de una serie de estímulos ligados a ser feliz en la medida que tenga resuelto lo económico, un constante empuje hacia el hacer, el activismo que promueve aprender de todo ya la vez. retener poco conocimiento, dificultad para contemplar el ocio como una posibilidad para pensar y disfrutar las simplezas de la vida, incluso la vida propia se mercantiliza, mediante la creación de contenido digital redituable, una vida anímica dispuesta a configurarse bajo los criterios del tener, al margen de lo íntimo, lo cual lo escenifica el burnout, el agotado, el quemado, quien elige sea por estar a la altura del éxito o por miedo a ser despedido en un empleo someterse a estas dinámicas de poder, lo cual surge el cuestionamiento sobre por qué los sujetos replican en su vida personal estás dinámicas laboral, como si no se pudiese salir del entramado del ser visible, estar haciendo cosas, así estas no tengan sentido, específicamente una familia que esta fuera del escenario laboral, pero los padres siguen conectados a las demandas de la compañía, sin poner límites y casi siempre pensado y hablando sobre el trabajo.

De la misma forma en la consulta médica se ha incrementado la prescripción de medicamentos para la ansiedad o los antidepresivos y se empieza a evidenciar la importancia de la salud mental, aunque más en el papel o el mercadeo que en la práctica.

Por otra parte, hay referencias al trabajo en sentido negativo como obligación o sufrimiento:

- Trabajo de parto

- Trabajo en francés: bosse “je bosse ici” Yo me jorobo aquí

- Desde lo bíblico “ganaras el pan con el sudor de tu frente”…entre otros.


Tenemos entonces dos miradas: el trabajo como medio para determinados fines: un lugar en la sociedad, la posibilidad de vincularse y una identificación que nos sostiene, el reconocimiento de saber propio y un salario que permita solventar las necesidades del diario vivir; y por otro el trabajo como fin en sí mismo, un llamado a la satisfacción de necesidades con rumbos muy diferentes, al consumismo, es algo como la utopía del progreso…o un progreso utópico. No hay una meta definida o esta es vertiginosamente cambiante. Los objetivos son desmedidos e inalcanzables.



En este planteamiento o este llamado a la hiperproductividad , en la que se pretende que se cumplan las expectativas y mandatos de Otro, léase capitalismo o sociedad, por demás enfermas por la productividad; y de muchos otros, se normaliza y se promueve el hacer, el estar ocupado, el trabajo excesivo y aquí no hay ni ritmos propios ni velocidades personales. No hay descanso. Descanso que según Byung-Chul ni las exigencias de la vida exitosa salvan al hombre de necesitar.

Es así como la hiperproductividad entra a ser el drama de la vida moderna, en donde por un lado el capitalismo y la sociedad de consumo no quiere que paremos, pero por otro lado el individuo enferma de agotamiento y culpa al no poder cumplir con dichas consignas. . Pues de alguna forma se pretende estar en todo y en nada a la vez, culpa que recae en el individuo, no en las estructuras, no en el medio…pero finalmente es este quien elige inscribirse en dichas retóricas.




Referencias:

Libro: la sociedad del cansancio Byung Chun Han









 

 

 

 

 

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